Hartos, quemados y al límite de reventar por los mosquitos». Así se muestra Andrés Ruiz Giménez, quien ejerce de portavoz de una treintena de establecimientos de Torreblanca, principalmente del litoral, en Torrenostra, quienes planean organizar una huelga para visibilizar la problemática que sufren por la masiva presencia de dípteros.

«Esto ha pasado más años, pero ya no podemos más. Es una situación que merma nuestros negocios y nos hace perder dinero. La gente no viene y los que se sientan en las terrazas muchas veces se tienen que ir por los insectos. Lo que más nos fastidia es que no parece que se haga nada para erradicar la plaga», dice Ruiz.

Al respecto, desde el improvisado colectivo que agrupa comercios, sobre todo bares, cafeterías, restaurantes y chiringuitos, remarcan que no tienen nada contra el Ayuntamiento y cargan sus quejas contra instituciones superiores, principalmente la Generalitat. «Creemos que deberían hacer más, atacar directamente a los mosquitos vivos, con producto que los mate, utilizando las herramientas que hagan falta, como drones, porque esto no puede seguir así», dice el representante. Ante esta coyuntura, los afectados mantuvieron ayer una reunión con la alcaldesa, Josefa Tena, para volver a poner en la mesa los inconvenientes que padecen. Asimismo, proponen realizar una huelga que pasaría por el cierre de sus locales en señal de protesta. Por ahora perfilan los detalles de la acción reivindicativa, que podría celebrarse mañana durante varias horas, y estudian otro tipo de medidas.

RESPUESTA MUNICIPAL // Por su parte, la munícipe reitera: «Desde el consistorio hacemos todo lo posible y así se lo hemos trasladado a los hosteleros». Además, adelanta que, como ya se hizo el año pasado, han solicitado al Consell una fumigación aérea. Una intervención que, advirte la primera edila, «únicamente se autoriza en momentos excepcionales y siempre con el correspondiente informe de la universidad que así lo aconseje», puntualiza.

Josefa Tena hace hincapié en que el Ayuntamiento destina una partida anual de 40.000 euros para frenar la proliferación de mosquitos en un municipio que, por sus características, cuenta con zonas húmedas, entre las que está el paraje natural del Prat.

«Estamos con los afectados y se hace lo que se puede», subraya la alcaldesa, quien también recuerda que han pedido «todas las subvenciones para abordar este problema que convocan tanto el gobierno autonómico como el provincial», concluye Tena.