La dirección del IES Joan Coromines de Benicarló urge que se lleven a cabo las obras de mejora y la reforma del instituto, contempladas en el programa Edificant, que permitirían poner fin al estado de deterioro «sangrante» que presentan los antiguos talleres de metal. «Hace más de 25 años que no se pueden utilizar, hay filtraciones de agua cada vez que llueve y hay informes en los que se especifica su peligrosidad», advierte la cúpula del centro.

La junta directiva responsabiliza al consistorio de la demora en la tramitación administrativa vinculada al plan promovido por la Generalitat. «Con la previsión del Edificant, el año 2017 nos hicimos muchas ilusiones, pero, a día de hoy, no se ha concretado nada desde el Ayuntamiento y pensamos que ya ha llegado el momento de que la opinión pública conozca cuál es la situación de nuestras infraestructuras, ya que no sabemos aún ni cuándo ni cómo se harán las actuaciones», manifiestan en un escrito remitido ayer y en el que detallan las carencias del instituto.

Respuesta del Ayuntamiento

La alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles, salió al paso de las acusaciones y explicó ayer a Mediterráneo que el equipo de gobierno está preparando «la licitación del informe de evaluación estructural del edificio», dejando constancia de que, desde el consistorio, realizan las gestiones pertinentes.

Más allá del área de talleres, desde el centro también aluden que hay «graves problemas de accesibilidad». «Las personas con movilidad reducida no pueden acceder a la sala de actos o a determinadas aulas», denuncian. Otras de las limitaciones que exponen son la deficitaria acústica de las aulas, la reducida dimensión del gimnasio y la biblioteca o la falta de espacios para reuniones. «Con una buena planificación y la inversión necesaria quedarían solucionados los problemas del centro», indican.

Hay que recordar que cuando presentaron en su día las memorias valoradas para las obras proyectadas en el IES Coromines, estimaron una inversión próxima a los dos millones de euros para implantar la accesibilidad universal, mejorar la eficiencia energética --con la sustitución de las ventanas y aislamiento térmico de las fachadas-- y el derribo de los antiguos talleres, a fin de construir un nuevo edificio que acogerá aulas y un gimnasio.