El primer lunes de Pascua es un día grande en l’Alcora por su tradicional Festa del Rotllo. Una celebración que, a consecuencia del confinamiento decretado por el Gobierno para luchar contra el coronavirus, se ha vivido de una forma completamente diferente a la habitual, esta vez, desde las casas.

En esta ocasión, no ha habido romería a la ermita de San Cristóbal, pero desde el propio Ayuntamiento se ha animado a que la gente cantara las típicas canciones que acompañan a esta multitudinaria peregrinación, como son Ous, ous o Festa del Rotllo Ous, ousFesta del Rotlloen l’Alcora.

Hay quien incluso ha subido a la terraza y, con el fondo del ermitorio, ha almorzado y comido la mona de Pascua. Han sido muchas las familias que no han renunciado a vestir a sus pequeños de angelitos, como manda la tradición. También los ha habido que se han ataviado con atuendos típicos y bailado en los mismos balcones, demostrando que ni la covid-19 puede con una de las fiestas más estimadas, auténticas y arraigadas de la capital de l’Alcalatén que, desde el 2009, está declarada de interés turístico provincial.

Por otra parte, y ante el hecho que desde el consistorio no se repartieron este año los rollos, los vecinos optaron por encargarlos y comprarlos en las panaderías, con la finalidad de tomarse fotografías en sus hogares que, sin duda, pasarán a ser un recuerdo para la historia.

Tampoco los bares y pubs de la localidad han podido ofrecer a sus clientes los habituales conciertos, discomóviles y actuaciones en las terrazas, con las que completan la celebración festiva, en una jornada con un importante impacto económico que, esta vez, no se ha producido.

Este martes, también fiesta local en el municipio, los vecinos plantarán cara de nuevo al coronavirus y vivirán desde sus casas la popular Dobla, en la que tampoco faltarán los rollos, así como las tortillas de espárragos o de ajos tiernos y habas, los huevos, las longanizas y la mona de Pascua.