De nuevo, el conflicto independentista cruza los límites de Cataluña. Y es que en la madrugada del domingo al lunes, los denominados Comités de Defensa de la República (CDR) decidieron hacer extensible su acción para protestar contra la justicia española a las puertas del inicio del llamado juicio del Procés, el 12 de febrero, a la provincia de Castellón. En concreto, el Palacio de Justicia de Vinaròs amaneció con sus accesos llenos de excrementos y con carteles donde denunciaban que «la sentencia ya está escrita».

«Los CDR no podemos normalizar la situación», argumentaron, ya que, según ellos, quieren encarcelar a todo un pueblo tras un juicio que tachan de farsa.

CONDENA // La Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) condenó inmediatamente «de manera rotunda y enérgica la cadena de sabotajes a las sedes judiciales» que, junto a la capital del Baix Maestrat, se produjo en una veintena de juzgados catalanes y que incluso obligó a cerrar algunas instalaciones al público parte de la jornada. Sin embargo, a preguntas de este diario, ni el alcalde de la localidad, Enric Pla (Tots i Totes Som Vinaròs), ni el primer teniente de alcalde, Guillem Alsina (PSPV), quisieron hacer declaraciones sobre este tema.

Esta no es la primera vez que se produce una situación similar en Vinaròs. Y es que el hecho de ubicarse a escasos kilómetros del municipio de Alcanar, el primero de la provincia de Tarragona, y compartir incluso servicios, hace que la situación de Cataluña se viva de una manera muy especial. Y es que los límites geográficos que marca el Sènia quedan, en muchos casos, desdibujados.

En concreto, coincidiendo con la Diada, el pasado 11 de septiembre, los lazos amarillos, todo un símbolo del procés a raíz de la orden de prisión de los presidentes de Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Cruixar y Jordi Sánchez, aparecieron en el término municipal vinarocense pero también en varios puntos de Benicarló.

En ese momento, el primer edil Pla explicó a Mediterráneo que en la ciudad ven «con mucha naturalidad» el proceso catalán. «Aquí hay un mestizaje muy grande por la proximidad con Cataluña, con vecinos de la Sénia, Ulldecona o de Alcanar y vivimos con mucho interés todo lo que pasa, pero con respeto y queriendo que los catalanes tengan la posibilidad de expresarse libremente». «Personalmente, lamento que haya personas en la prisión por una expresión política», apuntó el munícipe, reconociendo que, con todo, le gustaría seguir «en el mismo barco».