Protección o construcción en la costa? Es el quid de la cuestión. El Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral (Pativel) no convence a los municipios costeros más afectados, como Alcalà de Xivert, Orpesa o Peñíscola, que han presentado un aluvión de alegaciones al programa autonómico. Argumentan que su aplicación supone un freno al desarrollo urbanístico y les restara competitividad como destino turístico, un sector del que depende en gran medida su economía. Por ello, reclaman consenso y diálogo al Consell antes de que sea una realidad. Consideran que este adolece de estudios de viabilidad que justifiquen las restricciones constructivas o valoraciones económicas para indemnizar a los propietarios que se ven perjudicados.

¿Qué es el Pativel?

Es la pregunta del millón. Se trata del plan que regula los usos y actividades y divide los suelos en diferentes tipos dentro de la franja de 1.000 metros del litoral. Entre estos destacan los de mayor valor ambiental, paisajístico y territorial, los denominados suelos no urbanizables de protección, donde se prohíben nuevas edificaciones y se permite la rehabilitación de las ya existentes, más enfocados a un alojamiento hotelero.

En la segunda línea del litoral se admiten usos deportivos abiertos, campos de golf sin viviendas, dotaciones y campamentos de turismo. Autoriza, con carácter muy restringido, usos hoteleros integrados en un entorno rural con baja ocupación de parcela. Estos suelos no podrán ser reclasificados a urbanos y urbanizables por los planeamientos territorial y urbanístico.

En cuanto a las playas, las clasifica en naturales y urbanas.

¿Cómo afecta a Castellón?

La Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Terrotorio, que encabeza María José Salvador, garantiza que en la costa castellonense aún pueden construirse 65.000 inmuebles. De hecho, frente a las reivindicaciones y alegaciones de los ayuntamientos que denuncian que el Pativel paraliza los desarrollos urbanísticos de sus municipios, el departamento de Salvador considera que la demanda de vivienda nueva en primera línea está más que garantizada. Por ello, defiende que el programa propone la protección en Castellón de unas 2.300 hectáreas, pero deja libre del orden de otras 2.500 Ha de suelo urbano y urbanizable, donde aún pueden edificarse 65.000 viviendas.

Ante las objeciones de Alcalà, Orpesa o Peñíscola, entre otros, que consideran que el programa impone restricciones sin dar alternativas para un desarrollo económico y turístico viable, responde que estos municipios son, junto a Almenara, Xilxes, Moncofa, Burriana, Torreblanca y Vinaròs, las poblaciones costeras de la provincia de Castellón donde más se pueden edificar todavía.

¿Qué alega Alcàla?

Uno de los municipios más afectados por el Pativel es Alcalà de Xivert, donde Ayuntamiento y vecinos presentaron más de 500 objeciones. Lamentan que resultarán afectados 1.237.700 m2 con nivel de protección 1. En cuanto a las playas, cataloga como urbana les Fonts y como naturales las de Carregador, Romana y El Moro, lo que supondrá la prohibición de instalaciones de carácter fijo y aquellas destinadas a practicar actividades deportivas.

Plantean alternativas al Pativel, como reordenar la urbanización en Cap i corb creando una gran zona verde junto a la desembocadura del río San Miguel y concentrar las edificaciones en un espacio central. También plantean crear ventanas al mar.

Objeciones de Orpesa

El Ayuntamiento de Orpesa, por su parte, estima que el programa supone un obstáculo a las directrices urbanísticas del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la población, así como a la actual revisión del Plan General, en tramitación. Las áreas afectadas son la ampliación del Balcó; la Renegà y el Recholar. El edil de Urbanismo, Tomás Fabregat, manifestó que el Pativel «mutila» el desarrollo urbanístico de Orpesa y exige que la Conselleria asuma el crecimiento de las zonas afectadas y que sea sensible con el aumento de la población.

Afección en Peñíscola

En Peñíscola, la propuesta de la Generalitat afecta a cerca de un millón de m2 de las zonas de Racó Calent y Pitxells, en los que se impediría su futuro desarrollo urbanístico. Consideran que el Pativel solapa el Plan de Ordenación de Recursos Naturales por el que se rige el parque de la Serra d’Irta, por lo que su alcalde y diputado de Turismo, Andrés Martínez, reclama consenso al Consell.

Batalla dialéctica

La petición de Martínez se produce tras las polémica surgida a raíz de las declaraciones del director general de Ordenación del Territorio, Lluís Ferrando, que en el transcurso de una reunión con dirigentes de su partido, Compromís, criticó la política urbanística del PP. Afirmó que algunas autoridades populares primaban «los intereses de unos cuantos particulares» en vez de defender el interés general de los municipios. Y calificó Cap i Corb de Alcossebre, afectada por el Pativel, de «vertedero dejado de la mano de Dios», una afirmación por la que el alcalde de Alcalà, Francisco Juan (PP) exigió una rectificación. La comparación llenó el perfil de Facebook de Ferrando de mensajes de usuarios indignados por sus palabras y el director general pidió disculpas al día siguiente.

Estas manifestaciones también desataron un cruce de acusaciones entre populares y socialistas, pues mientras los primeros pidieron al Consell que se «dejara de sectarismos» con el plan, los segundos defendieron las medidas frente a «20 años de desprotección y pasividad del PP al respecto».

Ecologistas, en contra

El Grupo para el Estudio y Conservación de los Espacios Naturales (Gecen) insiste en su retirada porque asegura el «urbanismo depredador del litoral en los próximos 50 años» con las 65.000 viviendas nuevas que todavía pueden edificarse.

Nueva fase de exposición

¿Y ahora qué? La consellera de Vetebración del Territorio, María José Salvador, confirmó una nueva fase de exposición pública después de analizar las alegaciones presentadas por los municipios, con el fin de aprobar «con el mayor consenso posible» este programa.