El Ayuntamiento de Benicàssim regresa a datos precrisis en cuanto a la concesión de licencias de obras y actividades, generando el mayor ingreso de los últimos años por el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y la tasa que las grava. En concreto, durante el pasado 2017 las arcas municipales ingresaron 550.329 euros por estos conceptos, de los cuales 430.238 euros correspondieron al primero y 120.091 euros, a la segunda.

El concejal de Urbanismo, Carlos Díaz, indicó entre los factores determinantes «el plan de disciplina urbanística que pusimos en marcha». «Tenemos aparejadores en el Ayuntamiento que inspeccionan las actuaciones que se van desarrollando y van solicitando la licencia. Si no la tienen, se abre expediente y se insta a los dueños a que las legalicen con declaraciones responsables para poder continuar», indicó Díaz.

El edil aclaró que en estos casos «no les multamos ni sancionamos, ya que no lo hacemos por un afán recaudatorio, sino porque todos tienen que pagar por igual. Es injusto que unos lo hagan y otros no». «Queremos que todo concuerde con la situación urbanística y el Plan General de Ordenación Urbana», matizó.

Con este plan, solo en el 2017 se tramitaron 633 expedientes de disciplina urbanística; 364, de restablecimiento de la legalidad; y 269 órdenes de ejecución. También 680 de obra menor y 240 de obra mayor; 267 de planeamiento; y otros 99, de actividades.