El castillo de Peñíscola arranca el 2019 con las obras de las nuevas fases de remodelación del monumento, uno de los más emblemáticos de Castellón. Uno de los puntos donde mejor se aprecia este movimiento es el patio de armas, donde ya se ha levantado parte de las losas de piedra del pavimento. El objetivo principal de la actuación es solucionar los problemas de humedades existentes en cubiertas y parte de los muros, a fin de facilitar la evacuación del agua de lluvia.

Desde hace unos días, los visitantes pueden ver la presencia de vallas y zonas acotadas en distintos puntos, si bien la mayor parte de las dependencias siguen abiertas al público con normalidad.

Previamente, como es habitual en recintos de estas características, se analizan los elementos situados debajo del pavimento, para comprobar si hay restos de interés o patrimonial. En el caso de la primera fase del plan director, finalizada hace dos años, se hallaron suelos y estructuras arquitectónicas que habían sido sepultadas por intervenciones posteriores, que de este manera pudieron integrarse en el espacio expositivo. Muestra de ello fue un tramo de escalones de acceso de la entrada al patio de armas, el suelo original de las antiguas caballerizas, o unos escalones situados en las dependencias que ocupó, hace seis siglos, el Papa Luna.

La obras, impulsadas por la Diputación de Castellón, fueron adjudicadas a la empresa Contrafforte Restauro por 328.837,16 euros, con el IVA incluido.

CAPILLA / Otro lugar incluido es la capilla. Por esta razón, desde el inicio de las actuaciones solo se puede contemplar desde la puerta. Tal y como se indicó en su momento, entre las intenciones está analizar posibles restos de sepulturas en el suelo, procedentes de la época templaria. También se rehabilitará en el salón gótico, que sigue abierto, pero que no tiene actualmente asientos.