La ocupación ilegal de la planta de purines que la Diputación tiene en Sant Mateu, donde se celebró una rave ilegal desde la Nochevieja, ya ha pasado a la historia, aunque no sus consecuencias. Después de 100 horas de juerga musical ininterrumpida, y otras 30 de operativo de salida de los asistentes, ayer a mediodía ya no quedaba rastro de la fiesta.

La alcaldesa del municipio, Ana Besalduch, mencionó a Mediterráneo que la Guardia Civil «hizo una inspección sobre las 13.00 horas y comprobaron que las instalaciones ya estaban vacías», sin gente, vehículos ni equipos de sonido. El epílogo de esta celebración llegó a primera hora del sábado, cuando la Benemérita logró desconectar la música, para lograr que progresivamente salieran los participantes.

El diputado provincial de Desarrollo Rural, Santi Pérez --como representante de la institución propietaria de la zona afectada-- explicó que ahora se «trabaja en la identificación de los responsables, aunque no es fácil. Debe haberlos, porque han alquilado un equipo electrógeno, han hecho acopio de una gran cantidad de gasóleo y esas cosas las ha realizado alguien en concreto». La primera edila de Sant Mateu añadió que desde que se tuvo conocimiento de los hechos «se presentaron las correspondientes denuncias, que seguirán su cauce, y suponemos que los trámites se centran ahora en saber quiénes fueron los organizadores».

La rave dio comienzo a lo largo del 31 de diciembre, y diversos asistentes comentaron la intención de quedarse «hasta el Roscón de Reyes». Finalmente no ha sido así, aunque prácticamente lo consiguen. «Estoy satisfecha con las medidas de la Guardia Civil, que actuó en tiempo prudencial, y sin que se dieran incidentes», destacó la alcaldesa.