Forcall vivió la Santantonà más reconocida de la provincia, declarada bien de interés cultural y fiesta de interés turístico autonómico. La celebración medieval del fuego por excelencia en Els Ports reunió a cientos de visitantes, que no quisieron perderse el momento más esperado de todo el año. Se trata de una representación de las tentaciones del demonio a las que tuvieron que sobreponerse Sant Antoni y Sant Pau.

La plaza de la localidad se quedó pequeña cuando faltaban minutos para la medianoche. Las botargas condujeron a los santos dentro de la barraca para quemarlos. Cuando todo parecía perdido, con la cruz en la mano, los protagonistas salieron de la estructura derrotando definitivamente al maligno, cayendo al suelo entre gritos de dolor.

COMUNIÓN / Una vez culminado el evento, los cremallers, con el representante de honor al frente, prendieron fuego a la disposición vegetal. Llegaba en ese instante la comunión de los ritos paganos y los cristianos. El público que se congregó en el ágora empezó a pasar por el interior de la fogata en llamas, en un ritual propio forcallano. En este sentido, Ximo Segura, miembro de la Associació Cultural de la Santantonà de la Vila de Forcall, apunta que «cada persona que se implica lo hace por un motivo, por purificar sus pecados, por creencias religiosas o por simple superstición».

LABORIOSO TRABAJO / El festejo más especial de la localidad esconde un laborioso trabajo que se alarga durante 12 meses. Segura destaca la ilusión que mueve la festividad. «Todo el pueblo se vuelca en los preparativos y nosotros solo queremos que quienes vienen se lleven un buen recuerdo de esta cita», subraya.

En la misma línea se manifiesta el alcalde de la localidad, Santiago Pérez. «Sant Antoni es nuestra cita más especial, las puertas de Forcall están abiertas a todos y este es un revulsivo para fomentar el turismo de interior, otra forma de conocer nuestra zona y disfrutar del norte de la provincia».

Antes de la Santantonà, a las 20.00 horas, se hizo entrega de la máxima distinción que concede el municipio. El veterano programa Saber y ganar, de RTVE, fue el premiado como cremaller d’honor 2018. Pérez explica la elección: «Decidimos distinguirles por su contribución a la promoción y puesta en valor de la celebración. Y es que el espacio ha hecho mención a la misma en diversas ocasiones en su historia».