Miles de personas celebraron ayer la Festa del Rotllo de l’Alcora, que cumple 260 años de historia, demostrando un año más que es, sin duda, una de más populares y participativas de la capital de l’Alcalaten. El alcalde de l’Alcora, Víctor Garcia, destacó que en “la genuina celebración, muy arraigada en el sentimiento popular” se repartieron 7.500 rollos. Recordó, además, que la Romeria d’Infants se considera “la única del Estado donde los protagonistas son los niños”.

El evento, que desde el 2009 es de interés turístico provincial, ha permitido, como destacó Garcia, que “en tres días l’Alcora haya acogido dos fiestas de interés turístico: la Festa del Rotllo, provincial; y la Rompida de la Hora del Viernes Santo, autonómica”. Asimismo, Garcia resaltó “el aumento considerable de población que supone para l’Alcora la Festa del Rotllo, al atraer a vecinos que viven fuera, gente de toda la comarca y de la provincia”.

Desde sus orígenes, hace ya 260 años, la esencia de esta tradición se ha mantenido, aunque la estructura de su desarrollo ha cambiado bastante. Antaño, subían a la montaña únicamente niños, para dar las gracias por la lluvia, y la aparición del manantial de la Font Nova, por lo que el Ayuntamiento instituyó entonces la fiesta de la Romeria d’Infants, con el reparto de los rollos.

En la actualidad, sin embargo, sube hasta la ermita de San Cristóbal quien lo desea; y después, en la parroquia, reciben el rollo personas de todas las edades.

Al inicio de la romería, que partió a primera hora de la mañana, le acompañaron los sonidos de la dolçaina y el tabal, junto al volteo de las campanas. La comitiva salió de la plaza de la Iglesia en dirección hacia la ermita de San Cristóbal, acompañando a los niños los padres, que llevaban a los más pequeños en sus brazos; el clero, la policía, los romeros y la rondalla l’Alcalatén.

MISA EN EL ERMITORIO // Ya llegados al ermitorio se ofició la misa, a la que siguió el almuerzo por los pinares con la típica mona de pascua, así como los juegos y actividades para los niños organizadas por el Ayuntamiento. La visita a las tradicionales paraetas sirvió para completar la estancia en la montaña.

Ya al mediodía, en la puerta del Calvario, autoridades, reina y damas, Guardia Civil, Agrupació Musical L’Alcalatén y la Colla de Gegants i Cabuts, así como numerosos padres con sus niños vestidos de angelitos, esperaron junto al pueblo a los romeros. La ruta de regreso acabó en la parroquia de la Asunción, para distribuir los rollos. En el reparto del popular dulce participaron desde la reina y damas, a las autoridades locales, representantes de asociaciones, entidades, empresarios de la villa y demás invitados. H