El Ayuntamiento de l’Alcora va a iniciar «de manera inmediata» la búsqueda de un terreno destinado a la construcción de una residencia para la tercera edad, una reivindicación de los mayores de la localidad. Así lo anunciaron el alcalde, Samuel Falomir, y la concejala de Políticas Inclusivas, Tica Pons, en la reunión mantenida ayer con los representantes de las dos asociaciones de pensionistas y jubilados de la localidad, como son l’Alcalatén y Conde de Aranda.

«La finalidad es adquirir el terreno y cederlo a la Generalitat valenciana para que pueda construir esta infraestructura», explicó Falomir, destacando que se trata de un servicio «muy demandado» por la ciudadanía. De hecho, cabe recordar que la única residencia de mayores de l’Alcora es privada, por lo que este sería el primer centro público.

Pons recordó que en julio la Generalitat autorizó el Centro de Día de l’Alcora, por lo que ahora «hay que seguir avanzando en otros proyectos importantes y necesarios para nuestros mayores».

El primer paso consistirá en estudiar aquellos terrenos de la capital de l’Alcalatén que reúnan las «mejores condiciones» para la ubicación de la residencia, indicó el alcalde. «Vamos a trabajar desde ya para conseguir este objetivo cuanto antes». El munícipe resaltó que «el cumplimiento de compromisos es fundamental para el equipo de gobierno de l’Alcora» y recordó que el año pasado «nos marcamos como objetivo tener en 2020 los terrenos para construir la nueva Escuela de Música y así ha sido».

Ronda de reuniones

La residencia de la tercera edad «es uno de los proyectos que queremos para el futuro de l’Alcora», apuntó Falomir en este encuentro, incluido en la ronda de reuniones que el alcalde ha iniciado esta semana con agentes sociales y económicos con el fin de trabajar conjuntamente en el plan L’Alcora 2021-2030.

Tanto Falomir como la edila de Políticas Inclusivas se preocuparon también por cómo están viviendo los jubilados y pensionistas la situación generada por el coronavirus. Los locales de las dos asociaciones están ahora con servicios mínimos de oficina, el bar cerrado y sin cursillos o ensayos de corales o rondallas para cumplir las normas sanitarias.