Ya está en marcha la primera de las actuaciones en la Real Fábrica del Conde de Aranda de l’Alcora. Los trabajos se enmarcan en el proyecto de recuperación y puesta en valor de la manufactura, que empezó su andadura en el 2016, con la adquisición de los terrenos por parte del Ayuntamiento. La compra se completó en mayo del pasado 2017.

El alcalde, Samuel Falomir; el primer teniente de alcalde y responsable de Patrimonio, Víctor Garcia; y la concejala de Deportes, Comercio y Mercado, Ana Huguet, visitaron ayer el inmueble para seguir los primeros pasos de las obras junto a la arquitecta que dirige el proyecto, Diana Sánchez; y el director del Museu de Ceràmica, Eladi Grangel.

60.000 euros // La empresa Llop Proyectos Integrales SLU es la encargada de llevar a cabo esta intervención inicial, que se centra en la adecuación de la zona de los hornos árabes. El objetivo es garantizar la estabilidad de esta parte de la Real Fábrica, una de las más importantes a nivel patrimonial. Cuenta con un presupuesto de 60.000 euros, financiado por la Conselleria de Cultura.

Tras el recorrido, Falomir recordó que se trata de un espacio «clave» en la historia de la capital de l’Alcalatén, pues es «el edificio en el que hace casi 300 años comenzó a fraguarse la identidad actual de la población y en el que nació el sector cerámico de la provincia». Con su fundación, en 1727, «l’Alcora protagonizó el episodio de renovación de la cerámica más singular y el de mayor trascendencia en la Edad Moderna de España», apuntó.

En la misma línea, Garcia indicó que «son casi 9.000 m² que darán la posibilidad de contar con una gran área dotacional en pleno casco urbano, en la que no solo tendrá cabida la musealización de los espacios originales, sino que podrá acoger otros equipamientos culturales». El ambicioso proyecto pretende ser una realidad en 2027, coincidiendo con los 300 años de su fundación.