L’Alcora revive la Dobla con misa, almuerzo y más rollos

Tras el día por excelencia de la Pascua alcorina, y sin duda el más multitudinario de las mismas --el Rotllo--, los vecinos de l’Alcora se volcaron en la fiesta de la Dobla.

La misa en el ermitorio de San Cristóbal arrancó las actividades de la jornada, a la que siguió el tradicional reparto de los rollos que sobraron el lunes por parte de la corporación municipal, así como el típico y concurrido almuerzo en el entorno de la ermita. Y mientras los mayores degustaban ricas viandas, los más pequeños disfrutaron de los juegos e hinchables que se les brindó desde el Ayuntamiento.

La tradición de la Dobla, en honor al patrón de l’Alcora, San Cristóbal, viene ligada a la del rollo, ya que el primer martes de Pascua, día siguiente de la Romeria d’Infants, cuando hace 261 años el cielo escuchó sus peticiones en forma de agua, aliviando la pertinaz sequía, ya que brotó el manantial de la Font Nova.

TIPISMO // Esta es una de las jornadas festivas de l’Alcora más cargada de tipismo y popularidad. Las cuadrillas degustan las tradicionales tortillas de espárragos que ellos mismos han recogido, y también las de ajos tiernos y habas, sin faltar los huevos crudos, longaniza y la típica mona.

Antiguamente la tradición era que se repartían los trozos de rollos que sobraban, por lo que también se llegó a llamar Día del Tros. Ahora se entregan entre los vecinos los rollos enteros sobrantes de la jornada anterior, junto a trocitos de chocolate.

Por la tarde, tanto jóvenes como mayores aprovecharon para reunirse y merendar con sus amigos en los masets, el paraje de Sant Vicent y en el campo alcorino en general, así como acudiendo a la feria instalada en el Ágora.

Tras la Dobla, el próximo fin de semana l’Alcora vivirá la pascua taurina --el 21, 22 y 23 de abril--, junto al segundo mesón de la tapa y la cerveza y la 23ª peregrinación por las ermitas, terminando el lunes 24 con la tradicional romería de San Vicente.