La lluvia no fue óbice ayer para que la Falla L’Embut presentara sus poderes en el Auditorio Municipal. La agrupación que preside Samuel Cornelles entronizó, por partida doble, a sus máximos representantes. En primer lugar, fue la pareja formada por Berta Cerdà Clavel y Julen Roig Rodríguez la proclamada como falleros mayores infantiles. Los pequeños recibieron el testigo de sus antecesores y la aclamación del público que llenaba la platea.

Más tarde le tocó el turno a la joven Alba Martínez Poza, que con Francisco García García, repitieron el mismo protocolo que sus homólogos infantiles y, entre los aplausos del respetable, fueron coronados en su papel.

A continuación, los dos tándems de máximos dignatarios ocuparon su lugar en lo más alto del escenario y, desde esa privilegiada situación, siguieron la intervención de la mantenedora del acto, Anna Roda, encargada de enaltecer a los flamantes cargos.

Momento especialmente emotivo fue el protagonizado por la madrina de la falla, María Andrea Balagué, que, arropada en el entablado por sus dos hijos, no pudo contener sus lágrimas al recibir la banda acreditativa. Junto a ella, completaron el cuadro de honor de l’Embut: Ana María Alarcón, como madrina del estandarte; Mireia García y Saray Pellicer, reinas del foc adulta e infantil, respectivamente, y las componentes de las cortes de honor josefinas de Benicarló, Malena Tomás y Ainhoa Núñez.