La comisión de L’Escorredor dio la sorpresa en la gala de entrega de los premios de las Cruces de Mayo de Burriana, al alzarse con el máximo galardón en la categoría mayor, mientras que el Barri València revalidó el triunfo en infantil, como los últimos seis años.

La Junta Local Fallera, las reinas falleras, cortes de honor y damas de la ciudad se dieron cita en la plaza Major, unos minutos antes de las 17.00 horas, para iniciar junto a las representantes de cada una de las 19 comisiones el pasacalle que les llevaría hasta una Llar Fallera donde todo estaba listo para este esperado acto.

En cuanto al resto del palmarés, en las cruces mayores el segundo premio correspondió a Barri València, seguida de La Mercé, Quarts de Calatrava, Don Bosco, Barri la Vila, Centre Espanya y Barri d’Onda en el octavo lugar.

Para las infantiles, la segunda posición fue otorgada a Don Bosco, seguida de Quarts de Calatrava, L’Escorredor, Barri la Vila, La Bosca, Centre Espanya y La Mercé como el octavo premio. El anuncio de cada uno de los galardones fue acompañado de las habituales expresiones de alegría, que dieron un gran ambiente al recinto donde se dio a conocer el fallo del jurado calificador.

VISITA / Tras recoger los correspondientes banderines acreditativos, los dos colectivos estuvieron acompañados por la concejala de Fiestas y presidenta de la Junta Local Fallera, Lluïsa Monferrer; la alcaldesa, Maria Josep Safont; y las máximas representantes de la ciudad en este 2019, Mar Zamora y Anne Alós, hasta el lugar donde se ubicaban las Cruces de Mayo elaboradas.

Tras las fotografías protocolarias con los miembros de ambas fallas, la alegría se desbordó en L’Escorredor que, después de muchos años, consiguió hacerse con el principal galardón gracias a su espectacular creación, plantada en el centro de la calle.

Paralelamente, en cada uno de los emplazamientos de las 19 comisiones falleras, centenares de personas continuaron visitando y disfrutando de una tradición que, un año más, cumple con nota, impregnando de olor, aroma y esa tradición a la hora de elaborar estas construcciones, tan típicas de este periodo del año en la capital de la Plana Baixa.