El día se despertó lloviendo, pero aún así los casales, restaurantes y bares fueron llenándose con motivo del tradicional almuerzo de feria. Cuando más arreciaba estaban ya a cubierto disfrutando de los robellones y tordos. Desde las 10.00 horas de la mañana y hasta bien entrado el mediodía, los colectivos aguantaron el chaparrón en sus locales esperando que amainara y alargaron así el almuerzo hasta entrada la tarde.

La tromba obligó a suspender los actos oficiales de la mañana. Así, se suspendieron por las condiciones climatológicas, entre ellos el esperado pasacalles de las peñas, que este año como novedad iba a contar con la participación de 30 charangas. Pero eso no fue motivo para que algunos valientes sacaran sus chubasqueros y paraguas e hicieran un improvisado pasacalle. De esa manera las peñas, que iban sin orden por las calles, fueron juntándose haciendo así más grande el número de participantes. Algunas charangas, ya contratadas, recorrieron las calles haciendo frente a una lluvia incesante. También se canceló la inauguración de la feria alternativa, que espera iniciar hoy su actividad.

No obstante, el cielo respetó los actos taurinos de la tarde. Así, se pudieron exhibir los toros del Ayuntamiento y las peñas. El primero, de la ganadería de Victorino Martín Andres, que se convirtió en el esperado “bou de fira”. El segundo, de la ganadería Urcola, que fue el sustituto del que se tenía previsto de la ganadería de Monteviejo, dio mucho juego a los recortadores. A continuación el toro de la peña TI-K, que fue el más aplaudido y que llegó a romperse un cuerno contra un cadafal. Finalmente, la peña Flakys desencajonó un morlaco de la ganadería de Román Sorando. H