Desde que el lunes los vecinos detectaran que el agua que salía de sus grifos era de color rosa y desprendía un fuerte olor, el día a día en Artana se ha complicado bastante, sobre todo si se atiende estrictamente a las recomendaciones del Ayuntamiento, que aconsejan no utilizar el líquido elemento ni siquiera para lavar la ropa o los platos.

Y el alcalde, Enrique Vilar, informa a empresas y tiendas de que faltan de 6 a 8 días de restricciones.

Entre los vecinos afectados se encuentra Rosa, ama de casa, que se acercó este miércoles por la mañana a una de las fuentes públicas que, según el Ayuntamiento, ofrecen a los vecinos agua de manantial de les Mines con totales garantías de consumo, a diferencia de la que sale por los grifos de las casas.

Arrastra un carro de la compra, pero no va al supermercado. Lo lleva lleno de garrafas de plástico vacías. Desde el lunes pasado ha repetido varias veces el ritual. Es su suministro diario para lavar alimentos, para cocinar, para fregar los platos, para lavarse.

Se encuentra entre los que están cumpliendo estrictamente las recomendaciones municipales de no utilizar el agua que se suministra a los domicilios ni siquiera para poner la lavadora, ni hablar ya del lavavajillas.

No es extraño encontrar a personas que incluso desconfían de las fuentes.