Entrañable y emotiva fue la jornada de ayer en las fiestas de Llucena. Un día dedicado al patrón Sant Hermolao, que comenzó con una eucaristía. A la celebración no faltaron ni las reinas ni las damas, así como la corporación municipal que una vez más estuvo encabezada por el alcalde David Monferrer. Después, la procesión recorrió las calles con la imagen, que portaron los quintos, con el acompañamiento de la Unió Musical Llucenenca. Como de costumbre también fue portado en la procesión el brazo relicario del patrón que desde tiempos inmemoriales custodia la parroquia de Llucena.

En una jornada tan especial para los vecinos se rindió un merecido homenaje a todos los octogenarios del municipio en una comida fraternal, en la que participaron unas 300 personas. La novillada sin picadores servirá hoy para concluir las fiestas. H