Los malos presagios se acabaron cumpliendo y las fiestas de invierno de Peñíscola quedaron deslucidas por la lluvia que cayó de forma constante durante toda la mañana de ayer sábado.

A pesar de que casi estaba todo dispuesto en la plaza de Santa María y la Plaça de Bous, la principal cita de estas fiestas tuvo que suspenderse. La concejala de Fiestas, Raquel París, comentó que «no hemos podido luchar contra los elementos, y hemos optado por no celebrarla, ya que una actividad de este tipo solo se puede celebrar al aire libre». Antes de las 13.00 horas, la reina y las damas de fiestas, que estaban preparadas en la carpa, se marcharon del recinto con la esperanza de que esta sea la única cita de la programación que se tenga que suspender. Los inscritos para este año esperan que el tiempo sea más benigno para el próximo ejercicio.