La guardería del Consorcio del Paisaje Protegido del río Millars controla desde hace unos días la presencia excepcional de decenas de pescadores continentales y marítimos en las playas de la desembocadura entre las poblaciones de Almassora y Burriana. La playa de la gola norte de Almassora y la de la gola sur de Burriana registran diariamente numerosos pescadores a la captura de lubinas y doradas, dos especies muy apreciadas debido a su sabor.

Las lubinas suelen nadar por las costas rocosas y zonas de arenales. También suelen penetrar por las aguas dulces de los ríos. Los aficionados concentrados durante estas jornadas en la desembocadura las pescan en la superficie, a muy poca profundidad.

«Estos días se están sacando muchos kilos de lubina y dorada. La piscifactoría está aquí cerca. Están criando esas dos especies y parece que debido al último temporal se hizo un agujero en alguna de las jaulas, algunos huyeron y han llegado hasta aquí. Lo están diciendo los pescadores, aunque no está confirmado, pero parece que no es normal que haya tanta cantidad de lubina ahora en diciembre y tan cerca de la costa», afirma Javier Rodríguez, guarda del consorcio del paraje.

licencia // Cada uno de los pescadores, tanto marítimos como continentales, está sacando un promedio de cinco kilos por persona y día, el máximo que permite la legislación. «Nosotros controlamos que tengan la licencia continental para poder pescar en el río. Luego, si vemos que hay pescadores marítimos cometiendo alguna infracción, como pescar con más de dos cañas o capturar tallas ilegales, avisamos al Seprona, que es el que tiene competencias en pesca marítima desde la costa», señala Rodríguez sobre sus responsabilidades.