“En principio estaba bien, parecía que era asintomático, pero este fin de semana la cosa se le complicó y falleció el domingo”, lamenta Adrián Sorribes, concejal de Nules y pariente de Pepe Ferrando Almela, conocido como ‘Tío Mitjer’. “Después de superar una guerra y un sinfín de adversidades ha sido el covid quien ha podido con él”, añade Adrián, que apunta también que “estaba perfecto de salud y la cabeza le funcionaba como un cronómetro. Se acordaba de todo”.

De su memoria pueden dar fe también tanto el teniente de alcalde y concejal de Patrimonio, Guillermo Latorre, como su hijo José: “Hasta ayer domingo, cuando falleció, estaba bien; consciente de todo. Ha ido todo muy rápido, aunque la verdad es que desde hace dos años arrastraba una neumonía y al tener 99 años era algo que podía pasar”. El ‘Tío Mitjer’, que recibirá el último adiós el próximo sábado en el cementerio de Nules sobre las 11.00 horas deja dos hijos, dos nietas y una bisnieta tras una vida dedicada los suyos y a la población que le vio nacer en el año 1921. “Era una persona muy familiar y muy querida por todos”, admite su hijo José.

Entre los incontables gestos hacia su municipio del ‘Tío Mitjer’ hay que destacar la donación que hizo a Nules de una barrena que ha servido para encontrar un sinfín de pozos de agua tanto públicos como privados (imagen inferior). “Lo donó en la anterior legislatura y es ahora cuando la hemos podido inaugurar y exponer. Verle en la presentación llorar ante todos sus familiares es el consuelo que me queda”, afirma el teniente alcalde Guillermo Latorre, que tuvo una relación muy estrecha con la última víctima por coronavirus de la población: “Tenía 99 años, pero no usaba ni bastón y tenía una memoria privilegiada. Aprovechamos su conocimiento para recuperar parte de la historia de Nules. Conseguimos documentar varios refugios de la Guerra Civil que vio en primera persona e incluso nos indicó localizaciones en las que habían caído bombas sin explotar que pusimos en conocimiento de la Guardia Civil. También nos ayudó a la hora de explicar el callejero, tradiciones… Nos ha ayudado a construir el relato de Nules”, concluye Latorre.

A nivel personal, quienes le conocieron afirman que “siempre estaba alegre y con ganas de conversar. Te podía llamar a cualquier hora y cuando hablabas con él no mirabas el reloj”. Descanse en paz.