El teletrabajo está favoreciendo que ciudadanos de grandes ciudades opten por prolongar su estancia en localidades costeras como Benicàssim y que, incluso, la escojan para trabajar desde sus casas frente al mar, especialmente tras declararse la pandemia del covid-19. Es el caso principalmente de turistas procedentes de Madrid o del País Vasco, entre otras comunidades, que normalmente solo pasaban el verano y que ahora siguen en la localidad.

Es el caso, por ejemplo, de Lidia A, Matey, una traductora freelance madrileña que ha optado por trabajar desde la localidad costera y asegura que "teletrabajar frente al mar es todo un lujo".

Así lo confirman los administradores de fincas. «Hay más gente que ha alargado su estancia respecto a otros años, sobre todo de Madrid y muchos también de Castellón. Si sus empleos se lo permiten, prefieren trabajar desde Benicàssim, están más a gusto en laterraza tomando el sol que desarrollando su labor en sus ciudades», explica Ramón Coll, administrador de bloques de apartamentos, como el Amanecer.

De hecho, señala, que este año se han puesto más líneas de internet, ADSL o fibra óptica, que los anteriores ejercicios. «Normalmente se instalan una o dos en cada bloque y este 2020 se han puesto más de una decena», afirma. Un aspecto que constata que deciden pasar más meses en las segundas residencias y poder así teletrabajar desde sus apartamentos.

También se da la circunstancia de que algunos de los turistas más fieles que ya se habían marchado a finales de agosto, regresaron a mitad de septiembre, huyendo de las ciudades más masificadas y resguardándose en municipios con menos población, más tranquilas y con buenos servicios.

Desde la Peluquería Gina también confirman esta situación. «Seguimos recibiendo a clientas que normalmente venían solo en verano o en Semana Santa. Nos cuentan que han preferido quedarse aquí», declara su gerente, Gina Bort. Una de estas clientas es Amparo, de Madrid. «Vine con la baja de maternidad porque tuve un bebé en mayo. En octubre se me termina, pero me quedaré teletrabajando desde Benicàssim, tengo la posibilidad de hacerlo. Aquí estamos viviendo frente al mar y la naturaleza, en un espacio mucho más abierto que Madrid», relata.

«Lo pasé muy mal con el embarazo y el parto en plena pandemia y un confinamiento muy estricto, con miedo al contagio, estoy bastante concienciada. Pero pienso que hay una parte positiva, que realmente nunca habría podido pasar un invierno con mi hija en casa y teletrabajando y en el mar». «Y no tengo fecha de vuelta», dice.

OBLIGACIONES // Quienes pueden permitirse esta situación son personas sin hijos o con bebés, que todavía no van al colegio; o jubilados. En ese sentido, Coll apunta que se dan casos de algunos que están prolongando su estancia o que volvieron. «Unos señores que solían venir en verano volvieron la segunda quincena de septiembre. Explican que aquí la situación está más tranquila y pueden disfrutar de paseos junto al mar cruzándose con pocas personas».

Por su parte, la alcaldesa, Susana Marqués, destaca que la dinámica de los últimos años es que las personas jubiladas se quedan más meses o todo el año.