El magnate sir Bode Akindele, Parayoki de Ibadan, visitó ayer Sant Jordi acompañado de su numerosa familia. Famoso multimillonario, exitoso hombre de negocios y todo un filántropo, Bode Akindele está considerado una de las mayores fortunas del mundo; sin embargo, si algo destaca en él es su bonhomía. De carácter afable y cercano, el magnate nigeriano quedó encantado con su paso por Sant Jordi, donde fue recibido por el propio alcalde, Iván Sánchez, con quién departió amigablemente.

La gran familia de Akindele se aloja estos días en la urbanización Panorámica Golf. Y pese a que una de las mansiones que posee está en Vinaròs, no conocían Sant Jordi. “En un torneo de fútbol, un amigo, Rafael, nos habló del municipio y de sus pecualiaridades, y decidimos visitarlo y, ha sido un acierto, nos ha gustado mucho”, afirmó.

SINTONÍA // De hecho, la buena sintonía que, desde el primer momento, se estableció entre el alcalde y el empresario nigeriano, ha hecho que se planteen materializar un hermanamiento oficial que estreche los lazos de unión entre Sant Jordi y Nigeria. Uno de los puntos del acuerdo podría ser la comercialización del aceite de oliva, pues, con motivo de la visita, se organizó una degustación de productos típicos y una cata de aceites de la zona, que sorprendió gratamente a los visitantes por la excelente calidad.

Yemisi, una de las hijas del magnate, aseguró en perfecto castellano: “Personalmente, me gustaría hacer negocios en Sant Jordi, hemos aprendido mucho con la charla de Rubén Michavila sobre los olivos y el aceite y el alcalde nos lo ha hecho todo muy fácil durante nuestra visita”. H