La mala suerte se cebó con una de las grandes tradiciones de Benicàssim, y tan solo bastaron los primeros dos minutos para que comenzaran a caer las gotas en el transcurso de la romería de Santa Águeda. La inclemencia impidió la finalización del recorrido.

Previamente, varios cientos de vecinos se concentraron en torno a las 9.00 horas en la iglesia de Santo Tomás para participar, una vez transcurrida la misa, en el trayecto. Fue en una mañana que empezó con predominio del sol y el buen tiempo.

Las reinas y damas de las fiestas procedieron al reparto de los pañuelos de Santa Águeda entre todos los asistentes, junto al concejal de Fiestas, Arturo Martí. Con el ritmo de la dulzaina, partieron los romeros precedidos por la imagen de la patrona, portada a hombros por cuatro vecinos.

Tras apenas haber recorrido el tramo de Santo Tomás y entrar en la calle Santa Águeda, cayeron las primeras gotas y repentinamente comenzó a soplar un fuerte viento con lluvia que hizo a todos los asistentes resguardarse bajo las cornisas de los edificios y en los locales. Pocos previsores llevaron paraguas. A pesar de ello, los romeros sí degustaron los dulces preparados por las vecinas de la calle de la patrona y probaron el moscatel.

DECISIÓN // Tras una media hora de espera el concejal de Fiestas, Arturo Martí, anunció la cancelación del acto. Aunque el resto de la mañana ya no llovió, sí que siguió el viento. Este contratiempo se suma a otros actos cancelados durante las pasadas fiestas, como las paellas, que no pudieron hacerse en la calle. Ayer fue la «cuarta vez» que se suspende la romería, recuerdan los vecinos. Más información del temporal en las páginas 8 y 9.