Burriana vivió una jornada histórica que protagonizaron los festejos taurinos, ya que la edición de ayer de bous per la vila tuvo un total de seis astados, puesto que contó también con la presencia de los toros que el miércoles no pudieron participar en el espectáculo por las fuertes lluvias.

Los vecinos retomaron los actos taurinos con fuerza y ánimo para afronat la maratoniana jornada con la lidia de hasta seis morlacos. Anoche sí que se pudo embolar al astado previsto gracias a la colaboración de un empresario local muy aficionado al mundo taurino que se responsabilizó de aportar arena para que las plazas estuviesen practicables.

Previsión de lluvias // No obstante, Burriana vuelve a mirar al cielo. Y es que para esta jornada hay programados otros dos toros cerriles para la tarde y las previsiones meteorológicas no son halagüeñas. De hecho, incluso el certamen de paellas corre serio peligro y la Junta Local Fallera ya ha buscado una alternativa para las reinas, la corte y familiares para el caso de que no se pueda acudir a la plaza de la feria.

De todos modos, será a última hora cuando se decida la suspensión o no de algún acto.

Tras el obligado parón del miércoles, había ganas de toro y eso quedó patente desde el primero de la tarde. Tanto la arena como los cadafals presentaron un gran ambiente. Muchos aficionados abarrotaron el recinto taurino por la tarde. A las 13.30 horas, cuando se soltó el primer toro, el público era menor. Los escolares, a partir de ESO, aún estaban en clase y, además, era día laborable, por lo que tampoco pudieron acudir muchos de los adultos.

A las 17.30 horas de la tarde se soltó el otro astado previsto para el miércoles. Fue un ejemplar de la ganadería de Montealto, patrocinado por la Penya de Penyes que, como es tradicional, entró en la plaza con el cajón tirado por caballos. Después le llegó el turno a los dos astados de Els Braus Satine. El primero, grande y negro, de Celestino Cuadri. El segundo, de Sobral, más pequeño, conservador y menos bravo.

En general, las reses dieron juego a los rodaors y el Cuadri incluso puso en apuros a un aficionado que, tras quedarse fuera del cadafal, optó por escalar los barrotes para huir del morlaco. Por suerte todo quedó en un susto y el día acabó sin incidentes.