La tradición se cumplió de nuevo en Morella y ayer, con el último rayo de sol, y como viene sucediendo desde 1678, la Mare de Déu de Vallivana hizo su entrada en la capital de Els Ports ante una marea humana. Los sentimientos brotaron con la entrada de la patrona. En el recuerdo, los seis años transcurridos desde la última vez que la Virgen estuvo en la localidad, que hizo aflorar las emociones en el que es sin duda el acto más sentido para los habitantes.

Con tan solemne entrada, el 54º Sexenni, en el que han estado trabajando durante el último año, ya es una realidad. Ahora, y como reza la promesa, esperan nueve días de gran fiesta.

El Pla dels Estudis se quedó pequeño para acoger a los miles de visitantes. Además, centenares de vecinos participaron en la procesión que acompañó a la imagen hasta la iglesia Arciprestal. La presencia institucional contó con la ministra de Sanidad, Carmen Montón; el presidente de la Generalitat --y morellano--, Ximo Puig; y el presidente de la Diputación, Javier Moliner. Acompañaron al alcalde, Rhamsés Ripollés.

SALUDO / Una vez la Virgen estuvo instalada en la peana, la joven Marta Segura Boix la saludó en nombre de la ciudad, con una emotiva poesía. A continuación arrancó la procesión, con más de 100 elementos bíblicos. Los hijos de Jacob, los cirials, profetas, evangelistas, el Arca de la Alianza y los doce Apóstoles fueron algunos de los más destacados.

Los representantes de los gremios, que organizan la fiesta durante todo el novenario, centraron las miradas. Así, Els Teixidors, Arts i Oficis, Els Llauradors, Les Gitanetes, la Corronquina y los más esperados, Els Torneros, danzaron sin cesar. Llegada la comitiva a la plaza de la iglesia, el monaguillo Martí Milián Yamada saludó a la patrona en nombre del clero. Todo un punto de partida para estas jornadas.