Más de 1.000 personas vinculadas a una treintena de cofradías y hermandades de Semana Santa de 18 municipios de la provincia de Castellón desfilaron ayer por las calles de Burriana, en el marco de la XXVI Procesión Diocesana. En concreto, participaron en esta tradicional cita --que presidió el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López Llorente-- colectivos de Castellón, Borriol, Xilxes, Nules, Onda, Segorbe, la Vall d’Uixó, Vila-real, la Vilavella, Viver, l’Alcora, Alfondeguilla, Almassora, les Alqueries, Altura, Benicàssim, Betxí; además de la anfitriona, Burriana.

Aunque la concentración de las entidades fue en el Centre Municipal de Cultura La Mercé y desde allí las diferentes cofradías fueron desfilando hasta el Barranquet, el punto de inicio fue la basílica de El Salvador. En la misma fachada del ayuntamiento se instaló la grada de las autoridades políticas, eclesiásticas y de los representantes de las cofradías.

Burrianenses y visitantes llenaron los alrededor de 800 metros de trayecto de la procesión, que desfiló por las calles Major, Purísima, Sant Xotxim, Sant Vicent, Sant Joan de la Creu, Encarnació, Raval y El Pla. Un recorrido de aproximadamente una hora de duración, a la que se sumaron las tres horas que transcurrieron entre la salida de la primera de las agrupaciones y la última.

Fue una procesión atípica pues parte de la misma discurrió en horario diurno, a diferencia de las nocturnas de Semana Santa.