La denuncia de un profesor residente en Vinaròs, Miquel Ramon Martí, sobre la gran cantidad de bolsas de plástico que acaba en la playa tras el mercadillo del jueves, publicada ayer en Mediterráneo, tiene sus primeras consecuencias. Ayer por la mañana, la Policía Local, a petición de alcaldía, realizó una visita a las paradas para recordar a los comerciantes su obligación de dejar cada puesto limpio durante la jornada. Eso permitió reducir al mínimo la llegada de suciedad a la costa.

Los agentes también concretaron las sanciones que prevé la ordenanza municipal en caso de incumplimiento y, a partir de las 14.00 horas, fueron a comprobar que se cumplía lo establecido.

FACILIDADES / Los expositores, según aseguraron fuentes municipales, disponen de bolsas especiales que les facilitan cada semana para agrupar cualquier tipo de residuo que generen y dejar su puesto recogido, con lo que imágenes como las publicadas por este periódico no deberían producirse. Además, tras la cita comercial, la empresa de recogida de residuos se ocupa, cada jueves, de que la zona quede limpia.

El primer edil, Guillem Alsina, realizó un llamamiento a los vendedores para que cumplan la ordenanza municipal, recordando el texto del artículo 34, que indica que deben mantener limpia su expositor y dejar libres las áreas de vía pública ocupada. «Deben, por tanto, recoger las bolsas, envases y residuos generados por su actividad que esté alrededor de su parada», explicó. No hacerlo supone la imposición de una sanción calificada como «grave».

El mercadillo se ubica semanalmente en la zona de extensión del paseo marítimo, en su tramo norte, a escasos metros de la playa de Fora Forat y la desembocadura del río Cervol. El denunciante, Miquel Ramon, lleva residiendo dos semanas en la ciudad. Un día, a la salida del trabajo, se encontró la arena llena de bolsas e, incluso, había dentro del mar.