La jornada de ayer en las fiestas patronales de la Soledat en Nules comenzó entre risas, magia, complicidad y sutiles toques de concienciación, porque así es como enfocó El gran Jordiet el cuentacuentos organizado por la asociación local Abraça’m. Lactància i Criança, con el que encandiló a los más pequeños, pero también a los mayores, y con el que dio inicio un domingo en el que los más pequeños de la casa tuvieron un protagonismo indiscutible.

Reunidos a mediodía bajo la sombra que ofrecen los árboles de la plaza Fray Asensi Nebot, en el Mesón de la Tapa, descubrieron a osos de peluche que se hacen pasar por dragones hambrientos o aprendieron que los monstruos más terribles se van a dormir cuando los niños se acuestan, entre varias pinceladas bien estudiadas de respeto por la cultura o por los animales.

PÚBLICO NUMEROSO / La de Abraça’m fue una buena elección, como acertada fue la apuesta vespertina por el ya tradicional encierro infantil, donde también se logró reunir a un público familiar, en una demostración más de que en la diversidad está el éxito de cualquier programación festiva, dado que hay gente interesada en cada actividad y si se trata de atraer a los menores, en la sencillez suele estar la clave.

Y, no podía faltar el toque cultural, esencial en estas fiestas. A la misma hora en la que los niños corrían ante los carretones, del Convento salía un desfile con las bandas que iban a participar en el festival que organiza la Artística Nulense, en su 36ª edición.