El Ayuntamiento de Burriana ha incrementado la vigilancia en la zona marítima para evitar el botellón y las molestias por ruido en los chiringuitos. Las instalaciones de ocio tienen instalados limitadores de potencia, motivo por el que el nivel de la música que imprimen al local está controlado en todo momento y cuentan con una certificación.

Otra cosa muy distinta ocurre en la zona de aparcamiento. Es un espacio abierto y en el que hay grupos de jóvenes que se reúnen ahí para hablar y beber y, al mismo tiempo, abren las puertas del vehículo y le dan volumen a la radio. El pasado fin de semana, los agentes de la Policía Local ya emitieron algunos boletines de denuncia porque, además, las horas en las que sucedieron los hechos ya sobrepasaban ampliamente el horario marcado por la reglamentación burrianense.

las quejas / Al parecer, hay un vecino cercano que realiza llamadas a las dependencias municipales para advertir a los agentes de que desde la zona de los chiringuitos se oye ruido. Ante estos avisos, los policías se personan y aplican la legislación vigente.

No es un problema nuevo, pero la intención del equipo de gobierno es la de erradicarlo y, para ello, realizan controles para evitar el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública.

En este sentido, el edil de Policía, Javier Gual, indicó que «está claro que los chiringuitos tienen que cumplir los horarios marcados en la licencia, pero tenemos que velar para que no paguen justos por pecadores y, muchas veces, las molestias no vienen de los negocios, sino de las áreas anexas». «Los agentes tienen que estar pendientes y perseguir al infractor que, en ocasiones, está fuera de los locales», añadió.

El concejal Gual recordó que el verano pasado «ya se intensificó la vigilancia en esta franja costera y funcionó muy bien el control específico para evitar las molestias a las personas que ejercen su derecho al descanso».