El pasado martes, efectivos de la Policía Local de Peñíscola y del Consorcio Provincial de Bomberos tuvieron que acudir a las instalaciones del Centro de Estudios, tras recibir el aviso de que salía humo del interior del antiguo salón de actos. Con una ubicación privilegiada, entre la playa Sur y a escasa distancia de las murallas, este edificio no tiene uso desde hace una década, lo que le hace especialmente vulnerable ante los casos de vandalismo.

El pasado verano, desde el consistorio ya tuvieron que hacer un llamamiento público para que se respeten las dependencias, y se volvieron a tapiar algunos puntos con el fin de evitar el acceso. A pesar de ello, fuentes municipales detallan que en ocasiones «sigue habiendo incidencias, especialmente cuando hay gente que rompe las tapias, y hay que volver a repararlas». Ante este panorama, se baraja la posibilidad de reforzar la vigilancia y reducir el riesgo de nuevos casos como el ocurrido esta misma semana.

En la actualidad, el Centro de Estudios es propiedad de la compañía estatal Segipsa, pero su uso corresponde al Ayuntamiento, tras firmar en el 2013 un contrato de alquiler con opción a compra. Pasados 20 años, a razón de 200.000 euros anuales, el edificio sería de titularidad municipal.

ACTUACIONES / Fruto del convenio está disponible un aparcamiento de 400 plazas, y ese mismo año se redactó un plan de usos que contempla el traslado de las dependencias del consistorio, actualmente dispersas en varias sedes. Ya se reformó un edificio anexo, para que en breve albergue los servicios sociales y una oficina de turismo, y este año hay una partida para transformar otro anexo en la Policía Local. Pero el edificio principal está a expensas de la disponibilidad económica, mientras causa quebraderos de cabeza por conductas incívicas.