Mascarell se encuentra inmersa en sus fiestas patronales y, en el marco de las mismas, celebró uno de sus actos con mayor arraigo y tradición, como es la subasta popular. Los vecinos donaron a la parroquia alimentos y objetos, que se subastaron en la plaza Major.

Se trata de una antigua costumbre típica de sociedades rurales que, con motivo de la finalización de la recogida de cosechas (primeros de otoño) o por fiestas patronales, los agricultores aportaban alguna pieza singular de su recolección, animales y también dulces típicos caseros. Todo ello se sacaba a concurso en acto público, lo que se complementaba con actuaciones; en este caso fue la de la de la banda de música local.

Como explican fuentes eclesiásticas, «lo recaudado tanto en la puja como en la colecta en metálico pasaba a fondos de la congregación, en claro sentido religioso. Esta tradición nos retrotrae al precepto israelita de diezmos y primicias, cuando se ofrecía en el templo una décima parte de lo que se conseguía recolectar, o bien una porción de la primera cosecha». En la población se espera esta costumbre con ilusión y cada año aumenta su participación.