La regularización de las terrazas de bares y restaurantes en la vía pública, un año después de la aprobación de la nueva ordenanza por parte del actual equipo de gobierno, avanza lentamente, pero ya ha conseguido que la mayoría de propietarios se acoja a la normativa y las exigencias establecidas para garantizar que se deje en las aceras «espacio suficiente para que puedan pasar todos los peatones sin problemas, aunque utilicen silla de ruedas o vayan en carro de bebé», como señaló ayer la concejala de Urbanismo, Francesca Bartolomé.

El consistorio tiene censadas 85 terrazas, de las cuales, según los datos facilitados por la edila, «solo 16 no han presentado ningún tipo de documentación ni han abonado la tasa obligatoria». En lo que llevamos de año, se han otorgado 24 autorizaciones y se encuentran en tramitación otras 45. En todos estos casos, cuando la colocación de mesas y sillas en la calle cuente con los permisos municipales, se hará entrega de una pegatina que deberá colocarse en un lugar visible «para que los ciudadanos puedan saber si este espacio cumple con lo establecido», señaló Bartolomé.

En cuanto a los locales que siguen sin acogerse a la ordenanza, la Policía Local, que «realiza controles periódicos», ha impuesto «cuatro denuncias, que han sido pagadas y se ha requerido a los propietarios que regularicen la situación». Dos de los afectados ya han iniciado los trámites.