Santa Quitèria ya está en casa. La imagen de la patrona de Almassora descansa en el convento del Cristo tras la tradicional romería que tuvo lugar ayer y en la que participaron miles de vecinos.

El volteo general de campanas anunció la festividad a las 8.00 horas, pero fue una hora más tarde cuando los romeros y los vehículos engalanados partieron de la plaza de la Iglesia hacia el ermitorio. La reina de las fiestas, Marta Gargallo, y sus damas, ataviadas con el traje de labradora, presidieron la comitiva junto a autoridades y clero. Con el pañuelo y la cinta de color rojo en sus atuendos, los participantes en la romería recogieron el tradicional rotllet y copeta a su llegada al paraje de Santa Quitèria.

La alcaldesa, Susanna Nicolau, que encabezó por primera vez el acto, destacó que es “uno de los días más importantes del año para los vecinos porque volvemos a cumplir con la tradición”.

SOLIDARIDAD // Tras el habitual almuerzo y la visita a los puestos ambulantes, la ermita acogió una misa en honor a la patrona. A la entrada, las componentes de la Corte de Honor del Rosario y Santa Quitèria vendieron los pañuelos y cintas, cuya recaudación se entregará íntegramente a Cáritas Interparroquial. Además, la casa del ermitaño, convertida en Unidad de Respiro de Alzhéimer, acogió una jornada de puertas abiertas. Posteriormente, se repartieron raciones de paella.

La actividad se retomó a las 18.00 horas con el regreso de la romería al pueblo. La peana con la imagen de la patrona fue portada a hombros hasta la iglesia de San José. Las calles Santa Quitèria y Roser, engalanadas con colchas en los balcones y flores sobre el asfalto, acogieron la procesión que partió desde el templo a la iglesia del Cristo, donde permanecerá hasta el sábado. H