Festa la Vila encara su recta final y el ánimo de los vecinos de la Vilavella no decae, a pesar de que llevan casi una semana de celebración. Más bien al contrario, como pudo comprobarse anoche en la Sopar Popular de les Penyes, que contó con la participación de casi 1.000 personas.

Y es que la cena era la excusa para volver a reunirse en un evento multitudinario, ya que, como confirmó la alcaldesa, Carmen Navarro, a pesar de que solo había 800 inscritos para degustar la tortilla de patata --la propuesta gastronómica de la noche--, existían reservas que superaban las 900 plazas, porque al final se trata de compartir la experiencia, independientemente de qué cenara cada cual. Y con ese ánimo, el balance «en el ecuador de la fiesta es positivo por lo que respecta a la participación», como dijo Navarro, «en todos los aspectos».

«Una vez resuelto el tema de los toros, que tantos dolores de cabeza ha generado», solo resta que su exhibición finalice sin más incidentes, de manera que los vecinos y aficionados puedan disfrutar de la fiesta plenamente.