El Millars, a su paso por los términos municipales de Vila-real, Almassora y Burriana, se ha convertido desde hace más de un año en un verdadero río con un caudal de agua permanente y considerable. Esta situación extraordinaria no se producía desde hacía mucho tiempo, destacaron ayer desde el consorcio. De hecho, lo más habitual era contemplar los últimos 15 kilómetros con un hilo intermitente, apuntaron.

Las circunstancias de este ejercicio han hecho que el paraje se haya convertido en un paraíso para toda clase de fauna, especialmente aves, que no se veía. El ornitólogo Joan Castany, que desde hace 29 años estudia la desembocadura, destaca la curiosidad de este particular escenario.