Los cazadores de Villahermosa del Río organizaron por segundo año consecutivo la fiesta del Pino Cacho. Una jornada que reunió, como cada primer domingo de mayo, a numerosos vecinos y visitantes para conmemorar una celebración muy arraigada, que los historiadores datan sobre el siglo XVIII. Cuenta la tradición que una fuerte tormenta sorprendió a un hombre por el camino y tuvo que refugiarse bajo un gran pino que había en aquel paraje. Entonces hizo la promesa (amparándose a lo divino) de que, si salía con vida, construiría a sus expensas un refugio para los caminantes que pasaran por allí.

Una eucaristía en la ermita del patrón San Bartolomé y una comida de fraternidad arrancaron los actos. Tras ello, bendijeron y repartieron los más de 300 rollos elaborados para la ocasión en el pilón del Pino Cacho, donde también la música tradicional fue la protagonista de la jornada.