El incivismo y el posible deterioro de la estructura del Pirulí han propiciado que la corporación municipal haya decidido clausurar el uso de las instalaciones ubicadas dentro de este recinto. En unos días, un técnico revisará la estructura y elaborará un informe detallado explicando en qué situación se encuentra esta infraestructura y sus peligros.

A la ya conocida problemática del uso del espacio, donde existen un buen número de mesas y asientos de hormigón, así como unos paelleros, donde los fines de semana acuden numerosas personas que, en su mayoría, proceden de otras localidades, se ha unido la ausencia, desde hace muchos años, de labores de mejora y rehabilitación de la torre de hormigón. Esta, en su parte superior, sujeta un viejo depósito de agua, que es el que en su día propiciaba la llegada del recurso con más presión a las primeras casas de la playa de la población.

SUCIEDAD / El portavoz de Compromís, Juan Bautista Vilar, manifestó en pleno que «llevo muchos meses denunciando la falta de mejora del área del Pirulí, tanto en la propia infraestructura, como en el punto verde que la rodea». «No puede ser que, cuando se van las personas que la utilizan, esté llena de porquería. Además, como no hay aseos, la gente hace sus necesidades donde puede. Por ello, antes que tenerlo en estas condiciones, es mejor clausurarlo», añadió el concejal.

Al incivismo se une «el deterioro de la estructura del que es uno de los emblemas de este municipio y la inversión en la misma ha sido nula desde hace tiempo».

Desde el grupo popular su portavoz, José María Andrés, explicó que «el informe del técnico indicará qué tipo de reforma se necesitará, pero el problema del incivismo seguirá presente».

Cabe recordar que, desde hace años, el consistorio, en distintos momentos, ha llevado a cabo pequeñas intervenciones para mejorar la seguridad de este lugar y del propio Pirulí. Entre otros, se ha procedido al tapiado de ventanas y puertas, así como a la colocación de grifos de agua potable.

En este sentido, el portavoz socialista, Jaime Picher, añadió que «el problema es que esta zona se encuentra fuera del casco urbano y las personas que van, campan a sus anchas, se llevan los grifos y rompen el tapiado y se adentran en la instalación, con el consiguiente peligro, ya que allí están el motor y la balsa subterránea. Si pasara algo, la responsabilidad sería del ayuntamiento, por eso lo mejor ahora es clausuarla».

Desde Ciudadanos, su portavoz, Sandra Juliá, insistió en que «hay que cerrar la zona y comprobar en qué estado se halla».