El Ayuntamiento de Moncofa ha llevado a cabo una ambiciosa reestructuración del mercado ambulante estival que se celebra los sábados en la playa de Moncofa. El primer cambio significativo es su reubicación que, según las autoridades locales, era necesaria para garantizar el mantenimiento de los 200 puestos de venta, cumpliendo el protocolo marcado a causa de la crisis sanitaria originada por el coronavirus.

De esta forma, desde ayer el recinto queda emplazado en el camí Serratelles, así como en los márgenes de la zona verde frente a la ermita de la playa. Un espacio en el que las paradas disponen de seis metros reservados, manteniendo una distancia de separación entre ellas de 2,5.

EXPECTATIVAS // Juanma García, vendedor ambulante y miembro de la Asociación de Vendedores de Alimentación, señalaba ayer a Mediterráneo que, pese a ser el primer día en la nueva ubicación, acudió «un buen número de personas», aunque esperan «que a partir del próximo sábado la afluencia sea mayor». Y añadió que el mercadillo, «en líneas generales está bien, lo que ocurre es que podrían haberlo diseñado más cuadrado porque sería más atractivo para los clientes, en vez de todo en la misma calle, porque los últimos puestos de venta lo van a pasar mal, dado que los clientes no llegarán al final».

El alcalde, Wenceslao Alós, aseguró que, «la verdad es que antes de tomar esta decisión se barajaron otras alternativas, como la de separar los puestos de alimentación, pero en el lugar elegido había poco espacio para todos y al final, estudiando la situación», se han «inclinado por cambiar la ubicación y mantener el popular mercado todo junto».