Miles de personas abarrotaron ayer la playa de Moncofa para participar y admirar el tradicional desembarco de la imagen de la patrona Santa María Magdalena, declarado fiesta de interés provincial. Como cada año, las personas encargadas de llevar el anda de la santa se trasladaron hasta el puerto de Burriana, desde donde la imagen emprendió un emotivo viaje con rumbo a la costa moncofense.

Varias embarcaciones custodiaron el bote que portaba a la patrona y durante todo el trayecto, sobre todo cuando iban acercándose al destino, los jóvenes marineros fueron lanzando varios cohetes en señal de que ya estaba de camino a la localidad.

La emoción de los asistentes aumentaba a medida que empezaban a divisarla. Pero el momento cumbre se produjo cuando la santa fue bajada por los portadores y la gente quiso tocarla. Además, la imagen fue balanceada dentro del agua, en señal de que ya estaba en su querida tierra.

Al salir del mar, María Magdalena obtuvo miles de aplausos de los asistentes y los marineros la transportaron a hombros hasta un escenario donde tres niñas le dedicaron emotivos versos. Transcurrido el recibimiento oficial, los mismos marineros llevaron a la patrona en procesión hasta la ermita que lleva su nombre. La pirotecnia también hizo acto de presencia, ya que, una vez llegó la santa a tierra firme, lanzaron una batería de carcasas celebrando la llegada a la orilla del municipio. A la tradicional cita asistieron las autoridades, encabezadas por el alcalde, Wenceslao Alós; la edila de Fiestas, María Teresa Alemany; la máxima representante festiva, Clara Diago, y su corte de honor formada por Andrea Alós y Paula Ángel, así como el resto de miembros de la corporación, todos ellos acompañados por el párroco de la localidad Jesús Vilar y otros procedentes de fuera.

HOMENAJE // Otro acto emotivo de la jornada festiva en Moncofa fue el homenaje a las vecinas que llevan el nombre de la patrona, que contó con un pasacalle, para recoger a la reconocida más mayor y a la más joven.