La empresa Facsa, concesionaria del servicio de alcantarillado y agua potable de Almassora, y el consistorio inician una campaña informativa para atajar los emboces de la red causados por la acumulación de toallitas en las tuberías de la red pública. La responsable de explotación en la localidad, Patricia Agrasar; y el concejal de Servicios Públicos, Joan Antoni Trenco, incidieron ayer, junto al responsable de Tratamiento de Aguas, Javier García, en las «graves consecuencias económicas y medioambientales» de tirar estos desechos al inodoro.

En concreto, la compañía ha detectado un importante atasco en un colector de 500 metros ubicado en el camino Om Blanc de la playa. Este ocupa una extensión de 300 metros a tramos y en la actualidad ya ha generado un gasto aproximado de 3.000 euros. Para frenar esta problemática, la firma del Grupo Gimeno ha desarrollado de forma conjunta con el Ayuntamiento la campaña de concienciación ciudadana llamada El caos de las toallitas.

El programa tiene como principal objetivo modificar el hábito de lanzarlas al inodoro, eliminar la creencia de que la mayoría de ellas se degradan con el agua y concienciar sobre las importantes consecuencias medioambientales y económicas de esta práctica errónea. Como indicó Agrasar, estas no se degradan igual que el papel higiénico y a su paso por tuberías se rasgan, enganchan y van acumulando, produciendo enormes atascos y averías como el registrado en Om Blanc.

Una situación que se ha visto agravada recientemente en Almassora. En este sentido, el edil de Servicios Públicos recordó que la avería de la playa continúa en vías de reparación, de manera que los trabajos de desemboce generan molestias al vecindario. «Al coste económico se une el personal y, por encima de todo, el medioambiental», apuntó.

Según Agrasar, la práctica totalidad de las toallitas que se tiran al váter van a los sistemas de alcantarillado y depuradoras.