El Carnaval llegó ayer a la capital de Els Ports de forma multitudinaria. Más de 2.000 personas se congregaron en Morella y, como ya es tradición, prefirieron esperar una semana para celebrar la fiesta de disfraces. Desoyendo el calendario religioso, y ya inmersos en Cuaresma, tiene lugar más tarde, pero con mayor participación. De esta forma, se evitan coincidencias con citas concurridas como la de Vinaròs, que arrastra a mucha gente de la comarca.

Las actividades arrancaron por la tarde con el recorrido infantil. Centenares de niños corrieron desde la plaza de Colón hasta el Espai Firal, donde les esperaban hinchables, talleres y una gran chocolatada que hizo las delicias tanto de los jóvenes como de algún padre, que no quiso perderse la merienda más dulce.

A las 20.00 horas llegó el desfile sénior, con atuendos que hicieron desde guiños a la actualidad política y social hasta los más clásicos, como payasos o animales. Además, algunos de los grupos optaron por la originalidad con la confección a mano de sus ropajes, aunque otros prefirieron la comodidad de comprarlos.

NOVEDAD / Por la noche, y como novedad, el Espai Firal se vistió de gala para una gran fiesta. La actuación musical salió de la calle porticada, donde, durante décadas un trío amenizaba la velada. Tras esta iniciativa del Gremi de la Joventut, una orquesta animó esta divertida celebración.