Consternación en la Vall d’Uixó y Xilxes tras la trágica muerte de un joven vallero de 19 años, Fran G.R., como consecuencia de las graves heridas sufridas tras la cogida de un toro durante las fiestas de Sant Vicent de Xilxes.

El fatal desenlace se produjo durante la exhibición de un ejemplar de la ganadería de José Mur, de nombre Juanito, patrocinado por los clavarios encargados de organizar estos festejos, y sorprendió incluso a los rodaors habituales que, por las circunstancias de la lidia, no esperaban que pudiera producirse un accidente de tanta gravedad.

Según el relato de los testigos, el joven fallecido se hallaba en el recinto taurino, como tantas otras veces antes, pero ni siquiera había llegado a citar al astado. Estaba charlando con otros aficionados cuando se vio sorprendido por el animal, que no tuvo contemplaciones. Lo lanzó al aire y, tras su caída, se ensañó con él, tanto que el resto de rodaors, a pesar de su insistencia, no podían desviar su atención para salvar a su compañero. El lance le provocó al menos una cornada en la zona de la ingle que podría haber alcanzado incluso los 40 centímetros de trayectoria.

Que se trataba de una cogida extremadamente grave lo delatan las primeras reacciones de los testigos. «Perdía mucha sangre», aseguraron. Tanta como para llamar la atención de cuantos presenciaron el traslado hasta los servicios sanitarios que cubrían la guardia del evento taurino.

La llegada hasta el hospital la Mini Fe de Sagunto fue inmediata, donde ingresó de urgencia para ser intervenido en el quirófano, donde no pudo superar la gravedad de las heridas sufridas.

Los actos taurinos de la tarde, que incluían la embolada de un toro capón de Juan Faet, fueron suspendidos como consecuencia de este suceso, así como la embolada de las 23.30 horas de un ejemplar de Julián Sanz Marcat, una decisión de la comisión por respeto al fallecido y su familia.

CONOCIDO AFICIONADO / El terrible accidente taurino de Xilxes fue sentido con especial dureza en otras fiestas en honor a Sant Vicent, las de la Vall d’Uixó, dado que el joven fallecido era el único hijo de una de las integrantes de la comisión encargada de la organización de la Fira.

En plena celebración de sus festejos, la comisión demostró gran entereza al hacer frente a la dureza de una realidad tan próxima, para que las casi 2.000 personas que participaban en la cena popular de caldereta no se vieran afectadas por los hechos, pero fue imposible. El ambiente no era precisamente festivo, más bien todo lo contrario. Los organizadores acordaron suspender la orquesta que iba a amenizar la noche en señal de duelo.