Pandemia, residencias y mayores. Tres conceptos que relacionados, durante los últimos 12 meses solo han hecho que arrojar malas noticias, cifras estremecedoras y mucho sufrimiento. Historias contadas este tiempo desde el miedo, el aislamiento, la incertidumbre... Pero tras los muros de estos centros hay otras realidades que necesitan y deben ser contadas.

Cumplir años siempre es buena noticia. Hacerlo en la recta final de la vida con una amenaza latente acechando, llega a ser una lección de superación y así lo celebran en la red de residencias Savia, que con motivo del 8 de marzo ha querido llenar sus instalaciones de las ansiadas buenas nuevas, reconociendo a las mujeres más longevas, expertas en el empeño de vivir pese a todo, testigos y protagonistas de un siglo de luchas a cual más exigente.

Tal sería el caso de Vicenta Gracia, residente del centro Savia de Montán. 105 son los años que acumula esta adelantada a su época, madre de 9 hijos, abuela de 22 nietos y bisabuela de 23 biznietos.

Una de las primeras mujeres cotizantes del país, como destacan desde Savia, Vicenta dedicó su vida, junto a su marido, al siempre sacrificado trabajo en el campo y la ganadería. Exigencias de sol a sol que labraron un cuerpo y un ánimo fuerte, pues, según dicen, en más de un siglo de existencia no ha tenido problemas de salud ni intervenciones quirúrgicas. «Podríamos decir que jamás ha visto un médico», destacan desde la residencia. Y ahora, en plena pandemia, ha ganado una nueva batalla, la de sumar un número más en su camino hacia adelante.

Como ella, otras 13 mujeres centenarias van a ser reconocidas con motivo del 8-M en los centros Savia de la Comunitat. Todas tan anónimas como relevantes, verán reconocidas sus vidas, valiosas por sí mismas, como la de Dolores Izquierdo, una albaceteña luchadora e incansable que cumple 100 años, o la de María Calvo, que ha dedicado sus 101 años a dar cariño y cuidar de todos, ambas residentes en centros Savia de Castellón. Mujeres, que no datos ni cifras, que no dejan de sumar.