Vall d’Alba se disfrazó el pasado jueves para encarar, en un ambiente colorista y divertido, la recta final de las fiestas. «Con actividades de este tipo queremos que los vecinos sean los verdaderos protagonistas de las celebraciones», expone la alcaldesa de la localidad, Marta Barrachina, quien también participó activamente en el singular carnaval.

En total, participaron 35 grupos de valldalbenses, aunque fueron muchos más los que, de manera independiente, abandonaron sus indumentarias habituales para convertirse en divertidos personajes e inundar las calles de color y diversión. Además, entre todos los participantes, se realizó un sorteo de productos cedidos por las empresas y los establecimientos del municipio.

RECTA FINAL // De esta forma, Vall d’Alba entra en la recta final de unas celebraciones patronales que, según afirma la munícipe, «se están caracterizando por ser muy populares y participativas».

Los toros serán los protagonistas de las dos últimas jornadas, en las que tampoco faltará la música ni las actividades culturales.

En la jornada de ayer, las celebraciones tuvieron un marcado acento religioso y tradicional, ya que los vecinos dejaron patente su devoción por el patrón del municipio, Sant Joan Baptista, en cuyo honor se ofició una misa coral. A continuación, tuvo lugar la procesión, en la que la imagen del santo recorrió las principales calles de la localidad a hombros de los miembros de la junta directiva de la Cofradía del Santo Cristo de la Esperanza. Además, los valldalbenses vivieron el primero de sus populares encierros, a cargo de seis reses de la ganadería de Germán Vidal.