El incremento del parque móvil experimentado por buena parte de los municipios castellonenses en los últimos años --cifrado en la provincia en más de 123.000 vehículos en una década-- ha obligado a agudizar el ingenio para buscar fórmulas que faciliten la creación de plazas de aparcamiento sin grandes inversiones. Mientras en poblaciones como Betxí, Cabanes, Onda o Torreblanca, se autoriza, mediante tarjetas acreditativas, el estacionamiento de los propietarios de los vados frente a sus garajes, en otras poblaciones optan por el uso de restricciones temporales de aparcamiento, muy extendida en el caso de Vila-real.

La ciudad de la Plana Baixa cuenta con 3.154 vados, de los cuales 850 son permanentes y el resto, temporales. En estos últimos, se permite el estacionamiento por espacio de una hora de cualquier vehículo, sea o no del mismo propietario de la zona, tan solo en horario de 10.00 a 16.00 horas. De esta forma, se crean un total de 2.304 plazas en superficie de carácter rotatorio.

INTERÉS Esta posibilidad ha despertado el interés de los municipios vecinos. El mejor ejemplo es Burriana, donde, según el concejal de Policía y Vía Pública, Francisco Isach, se está estudiando la revisión de la ordenanza para reutilizar de alguna forma los vados. "En su momento, se pensó en la posibilidad de recurrir a la fórmula de Vila-real, pero coincidió con el estudio de movilidad, que preveía la creación de mil plazas en superficie", recuerda Isach. "Pero ahora", matiza, "el crecimiento de la ciudad nos hace plantearnos ya la necesidad de actuar".

El objetivo es poder aprovechar al máximo el espacio vedado al aparcamiento que ocupan los 1.985 vados con que cuenta la ciudad, de los que, según Isach, en torno al 70% corresponden a garajes individuales. Entre las opciones que maneja Burriana está la creación de vados temporales o la concesión de tarjetas de autorización a los dueños.

Esta es la vía escogida por el consistorio de Betxí, que, en febrero de este año, modificó la ordenanza para posibilitar el uso de hasta 355 plazas de estacionamiento en superficie a partir de los vados. "Los propietarios de garajes que tienen dos vehículos pueden aparcar así uno de ellos frente a su cochera, sin riesgo de ser multados", explica el edil de Torreblanca José Vicente Rubert, donde también se aplica la medida. "La población y el parque móvil han crecido mucho", indica, en relación a la necesidad de crear plazas de aparcamiento en el pueblo.

REVISIONES Mientras los municipios más pequeños se acogen a estas fórmulas sencillas para facilitar el estacionamiento en superficie, otros de mayores dimensiones demográficas, como Vinar²s, Almassora o la Vall, no se han planteado, por el momento, el recurso a esta medida. "Nuestra ordenanza no lo contempla, aunque habitualmente no se multa de oficio a los coches aparcados frente a vados, si no media denuncia", explica la concejala de la Vall Mª Dolores Algar, quien, sin embargo, matiza que se está modificando la normativa con el objetivo de revisar la reutilización de vados.

En Almassora, por su parte, el edil Luis Martínez descartó la habilitación de este tipo de tarjetas o de vados temporales, en base a la futura construcción de un párking subterráneo. Sin embargo, también Almassora ha encontrado su propia fórmula, con la utilización de "vados de temporada" que regulan el estacionamiento en la zona de la playa durante los meses de verano.

De los municipios que autorizan a aparcar frente a los vados a sus propietarios, el más grande es Onda, donde se contabilizan 1.500 garajes con restricción de aparcamiento, ya sean privados o comunitarios. "Con este sistema, ganamos una plaza más para estacionar en cada vado", explica el concejal del área, Joaquín Aguilella. Pero la reutilización de los vados en Onda va todavía más allá. Según explica el edil, en el municipio existen también vados permanentes y temporales. Y, estos, por su parte, se dividen en horario diurno --de 10.00 a 22.00 horas-- y nocturno, una opción pensada específicamente "para talleres".

MATRÍCULAS Cada municipio ha encontrado, pues, su propia fórmula para hacer menos costosa la tarea de aparcar. El ejemplo más curioso puede verse en C lig, donde las placas de vado situadas junto a garajes adjuntan la matrícula de los coches autorizados a estacionar en la zona restringida. "Como no hay bastante sitio para aparcar, y aquí nos conocemos todos, comprobamos que el coche corresponda al propietario", comentan fuentes municipales.