Fuentes de Ayódar soluciona la invasión de jabalís construyendo una muralla a prueba de estos animales salvajes. En los últimos años, estos cerdos campaban a sus anchas por las calles y las zonas de cultivo de la localidad, por eso el alcalde, Jordi Lucena, decidió hace cuatro años prometer a sus vecinos acabar con el problema. El primer edil revalidó su cargo con la conciencia tranquila, había cumplido su palabra cercando las entradas de campos y calles.

Y el experimento funcionó, los huertos perimetrados ya no sufren las destrozas de estos animales, que para mayor desesperación de los agricultores el daño era en pleno verano, cuando se plantan y cosechan las hortalizas. Los atacantes aprovechaban sus refrescantes visitas al río y las fuentes cercanas, para acabar con la paciencia y el trabajo de meses de los paisanos.

La idea del concejal de Agricultura que, por miedo a que los labradores abandonaran esta actividad tan tradicional, decidió colocar verjas en los accesos de los terrenos de cultivo, parece ser del agrado de los afectados y de los turistas, quienes no han encontrado ningún problema a la hora de visitar la localidad. La vallas permiten la entrada de las personas y los vehículos ya que están formadas por dos puertas que posibilitan el acceso durante todo el día. Eso sí, un cartel informativo recuerda que aunque el acceso sea libre, se deben cerrar las compuertas de todos los enclaves. Es el caso de las del Pozo Negro o la Cueva de los Judíos, puntos turísticos que cuentan con alambradas.

Acciones y plan de futuro

Aunque para colocar las verjas no necesitaron ninguna autorización de organismos superiores, y la Generalitat no lo ve con buenos ojos, sí que requirieron el permiso de los propietarios.

Tras el éxito de la medida, que ha sido sufragada íntegramente por el Ayuntamiento, el alcalde aseguró que «si fuera necesario cercar alguna parcela ubicada en lugares más lejanos, lo haríamos para ayudar a la gente que cuida sus tierras».