Cinco años se cumplen desde que el Museu de la Taronja de Burriana cerrara definitivamente sus puertas. En el verano del 2012 se impidieron las visitas, por no reunir las condiciones lumínicas, ya que Iberdrola cortó el suministro por falta de pago, aunque las empleadas siguieron acudiendo a su puesto de trabajo hasta que, en septiembre, se hizo efectiva la sentencia de despido improcedente por incumplir el abono de las nóminas.

Desde ese momento solo se ha abierto en alguna ocasión, pero única y exclusivamente para realizar las tareas básicas de mantenimiento. El ente arrastra alrededor de 150.000 euros de deuda, con los correspondientes intereses, una losa que impide que se ponga de nuevo en funcionamiento. Las dos áreas más perjudicadas son Agricultura y Turismo. Y es que es el único museo en toda la Comunitat dedicado exclusivamente a la dorada fruta que tantos beneficios dio a lo largo del siglo pasado. En el momento de su clausura se sobrepasaban ampliamente las 5.000 visitas anuales y se mostraba una tendencia alcista continuada.

Otro área vinculada al recinto, Cultura, está a punto de abrir el Museu Faller, gracias al empeño de la Federació de Falles y el Grup d’Estudis Històrics Fallers, que vieron en los presupuestos participativos una vía para conseguir fondos para su apertura. Pero el de la Taronja sigue por otros derroteros y con la puerta cerrada, a pesar de que su estado ha sido objeto de críticas políticas de todas las formaciones. Compromís incluso llegó a censurarlo en el Día Internacional de los Museos.

Desde el exterior, no son pocos los vecinos que pasan y echan una mirada a la fachada, pero también al edificio anexo, con telas de protección para evitar que caiga sobre la calzada algún elemento desprendido. Era el espacio destinado a una ampliación, pero no se ha realizado otra intervención que la de apuntalar los elementos más dañados para poder evitar su derrumbe.

DINERO

Antes de reabrir, se precisa salvar su delicada situación económica, algo que necesita la implicación de varias consellerias que formaban parte del Patronato. Será a partir de ese momento, cuando las cuentas vuelvan a estar a cero, cuando pueda plantearse su renacimiento.