Ya van siete. Desde el 2015, las expediciones espeleológicas en la parte no visitable de les Coves de Sant Josep se han multiplicado impulsadas por una misma motivación, descubrir el origen del emblema de la Vall d’Uixó.

La más reciente tuvo lugar el 23 de febrero y, como anunciaron ayer desde el Ayuntamiento, la próxima no se hará esperar, y se producirá antes de que finalice marzo. Porque quienes forman parte de estos proyectos de investigación bajo tierra están convencidos de que cada vez están más cerca de dar respuesta a una pregunta que lleva décadas con el interrogante abierto: ¿de dónde viene el río?

Para comprender lo que mueve a estos verdaderos aventureros haría falta meterse en su piel. Enfundarse un traje de buzo, cargar con la iluminación, botellas de oxígeno y material especializado de espeleología subacuática y adentrarse en el subsuelo, allá donde la civilización no importa, donde da igual cuántos turistas visitan el río subterráneo cada año, porque en una oscuridad tan profunda y absoluta el tiempo es relativo.

En la superficie se ve todo distinto y lo que empieza a cundir es esa curiosidad contagiosa que comenzó a expandirse con el audiovisual titulado El origen, que presentaron en el Congreso Nacional de Cuevas Turísticas celebrado recientemente en la Vall.

Pensando en toda esa gente, en quienes no pueden (entre otras cosas porque no sabrían cómo) formar parte de esas incursiones cavernosas, es por lo que los especialistas, con el apoyo directo del consistorio, pretenden desarrollar una «topografía de alta precisión» de lo ya descubierto hasta ahora, más de «100 metros de galerías», como precisa el propio consejero delegado de Emsevall, Jorge García.

Uno de los espeleólogos, Guillem Nebot, avanza que con este trabajo podrán realizar «una imagen 3D que permitirá obtener un mapa de la zona y una visión de conjunto». Así, gracias a su empeño, pronto se podrá viajar a las profundidades sin la necesidad de sumergirse en ellas.