Las bajas temperaturas, que rondaron los cero grados en algunos lugares, y las precipitaciones registradas a lo largo de la madrugada del sábado en el interior de la provincia de Castellón dejaron un ligero manto de nieve en cotas altas --a partir de los 1.000 metros--, como en el macizo del Penyagolosa, donde hasta el mediodía se podía observar desde la Plana la cubre cubierta de blanco; así como también en municipios como Vilafranca, Castell de Cabres o El Boixar.

La aparición inesperada de la nieve pilló por sorpresa a los vecinos de las localidades y masías más elevadas de la provincia, especialmente, después de unas jornadas en las que se registraron temperaturas muy suaves.

Soraya, quien regenta la Casa- Refugi El Boixar, explicó a Mediterráneo que la lluvia caída por la tarde-noche «nos ha dado como sorpresa un amanecer con la tierra cubierta de nieve que, al mediodía y con el aumento de las temperaturas, ya se había derretido». Y advierte que puede que no sea la última: «Ha habido años en los que la nieve se ha presentado incluso en abril».

HIELO // Estas circunstancias, unidas a la presencia de placas de hielo en algunas carreteras secundarias, obligaron a movilizar una dotación del Consorcio Provincial de Bomberos del parque de Els Ports, con el fin de esparcir sal en diversos puntos de la zona de la Tinença de Benifassà.

En cuanto al viento, las fuertes rachas registradas a lo largo de la noche y madrugada del viernes al sábado fueron perdiendo fuerza durante el día, si bien otra dotación de bomberos intervino en la Vall d’Uixó para reparar los daños ocasionados en una ventana que se había desprendido. Así, Fredes registró las rachas más fuertes, con casi 100 km/h, mientras que en Vilafranca se llegó a los 90 y en Morella, a los 88.